«Considero que debemos hacernos preguntas fundamentales y no esperar las respuestas de otros. Estas preguntas fundamentales, cada uno de nosotros debe responderlas y no depender de los teóricos, por muy listos, eruditos, instruidos o experimentados que sean. Porque el mundo está sumido en una terrible confusión y un enorme sufrimiento, y somos responsables de ello. Cada ser humano en el mundo es responsable de esta aterradora confusión. Parece que dependemos de las explicaciones de otros y que éstas nos satisfacen. Sin embargo, las explicaciones, como es natural, no son más que palabras y, por lo tanto, no tienen mucha importancia.
Cualquier descripción o explicación del estado actual del mundo no sirve, carece de sentido, pero la mayoría nos conformamos con las palabras y las explicaciones intelectuales tejidas con belleza, o mucha sutileza. Me parece que debemos ir más allá de las explicaciones, ya sea que éstas provengan de las iglesias, de los comunistas, o de cualquier otro grupo.» Krishnamurti, 47, Responsabilidad social. Charlas en Europa. 1968.